domingo, 24 de octubre de 2010

Solidaridad con la hermana Sor E. T.

Llamado a la solidaridad de la comunidad virtual de cibercristianos. Se necesita con urgencia una donante de himen para la hermana Ernestina Traviatta (conocida por los chicos de la parroquia simplemente como la hermana Sorete) debido a que en un trance con el Espíritu Santo de este noble pastorcito que hacía su visita semanal al convento católico donde la monjita reside (y que no digan que hay odio entre diferentes denominaciones cristianas) sufrió la rotura de esa parte de su cuerpo. El accidente ocurrió mientras vuestro servidor intentaba demostrarle cómo la Santa Paloma Milagrosa preñó a la Madre de Jesucristo, María la Virgen, pero algo resultó mal –seguramente algunos poderes demoníacos que rondaban a la hembra en cuestión– y su himen en vez de permanecer intacto como el de Santa María Bendita se rompió con un chasquido infernal. Por supuesto mandé castigar a la monja colgándola de los tobillos y dejándola así durante una semana, porque si su himen se partió significa que disfrutó de la cópula, y ¡Santo Dios!, eso es una blasfemia. La hembra está para abrirse de piernas y esperar la descarga del macho divino, sintiendo mucho dolor, y aunque lo acontecido con la muchacha religiosa fue un simulacro, se llegó a semejante barbaridad, por lo que ahora Jesús está iniciando los trámites de divorcio en el cielo para con ella. Y así como el divorcio es un pecado mortal, y no queremos que Jesús cometa uno, rogamos que quien esté dispuesta a donar esa parte sin importancia de su cuerpo (piensen que es como su cerebro, chicas, no les sirve para nada) se comunique apresuradamente y me lo haga saber, y con eso lograremos conseguir que nuestro Señor vea a la monjita pura una vez más y siga casado con ella. Pero recuerden que la poligamia es algo totalmente prohibido, y por eso los satánicos musulmanes se van al podrido infierno con sus harenes, pero como Jesús es el hijo de Di-s puede tener tantas hembras como quiera.

Que el poder de la Santa Misoginia los bendiga.

sábado, 16 de octubre de 2010

Wendy Sulca, la niña milagrosa

Quiero hablarles de esta pequeña niña de origen peruano que es ejemplo de vida que siendo huérfana de padre consiguió convertirse una estrella de la música mundana, pero que implícitamente maneja mensajes religiosos; una niña que siendo tan sólo una criatura inocente logró llegar al corazón de millones de personas con sus canciones tan cargadas de emoción, tan complejamente psicológicas y veraces, y por supuesto, tan portadoras de grandes valores humanos. Y es por eso que el Señor ha beneficiado a la pequeña Wendy otorgándole los grandes dones de la sanación divina. He sido testigo de eso mismo mientras iba en mi carreta tirada por cuatro peruanos de visita en Lima, para hacer negocios con un buen hombre que vende polvos blancos a bajo costo... Cuando de repente me crucé con una viejecilla ciega que había nacido sin ojos y que como único deseo quería asistir a un concierto de la pequeña Wendy, por lo que como buen hombre en Cristo y altruista que soy la até del cuello con mi soga de oro y la llevé arrastrando al anfiteatro en donde la niña daba su función, y una vez allí, cuando la elegida de Cristo comenzó con su "Cerveza cerveza, quiero tomar cerveza... (8)" la vieja ciega sufrió un toque milagroso y recobró sus dos ojos, ¡Alabado sea el Señor!
Luego de eso fui testigo de otros casos divinos perpetrados por la pequeña, como un inválido que perdió las piernas en un accidente y que las recuperó, o una mujer que había sido asesinada por decapitación diez años atrás, ¡Y recobró la cabeza! ¡Aleluya!

Ahora por tal motivo es que en mi Santa Iglesia expondré una imagen de la pequeña Wendy, nuestra virgen sanadora, y luego la llevaremos a recorrer el mundo brindando su mensaje de paz hasta el último rincón.



http://www.youtube.com/watch?v=DuoCd7UEkpc


jueves, 14 de octubre de 2010

Los mineros de Satanás

La noticia "candente" que circula por el Cuarto Poder actualmente es aquella de 33 (prestad atención a la numerología) mineros que quedaron atrapados debido a remanentes del movimiento sísmico en Chile mientras realizaban su labor. Sin embargo, no hay que olvidar que el terremoto ocurrido en Chile al igual que el sucedido en Haití fue enviado por el Señor para mostrarnos cuánto nos ama y cómo es capaz de asesinarnos cruelmente si pecamos o blasfemamos en su nombre, por lo que si quedaron atrapados ¡Fue porque Dios lo quiso así! aunque ahora los herejes repugnantes satanistas de derechos humanos traten de salvarles las vidas, ¡Impuros! ¡Escupo ácido en ellos!

La realidad, para el que sea lo suficientemente valiente de afrontarla, es que esos 33 mineros masones iluminatis no buscaban minerales como es de suponerse, si no encontrar un túnel de acceso rápido al infierno, para poder ir con su amo Satanás y tener orgías con él y de ése modo abrirle una via de llegada a la Tierra, para que pudiese apoderarse directamente de las personas sin necesidad de recurrir a herejías como la fornicación, el rock, los videojuegos y todo lo que no se vende en la Iglesia. ¡Y por eso el Señor les derrumbó la mina! para que queden atrapados con su maligna oscuridad y no pudiesen salir a la luz, a la luz de Cristo, la luz que opaca las tinieblas.

Como resultado de eso los ultrareligiosos tenemos que unirnos en una cadena de oración global para pedir que esos mineros asquerosos sean ajusticiados por la Luz Divina; pidámosle a nuestro Señor que les mande una inundación gigantesca haciendo que ese pedazo de tierra inerte llamada Chile sea desplazada hacia el extremo de nuestro planeta y caiga encima del a tortuga gigante para que se lo devore.

¡Bendiciones a todos!

lunes, 19 de abril de 2010

Estando en sintonía

En esta ocasión quiero compartir otro de mis relatos de valentía, los que demuestran mi temple y dureza ante el malvado enemigo.

Hace poco tiempo, mejor dicho, unos pocos años, había mandado a una mujer de avanzada edad que no disponía del dinero suficiente para contribuir con el diezmo a predicar a la calle, para obtener algo de limosna y dármelo como paga - para que vean que soy un hombre piadoso capaz de perdonar a la inmunda y miserable anciana -. Entonces, mientras se encontraba caminando por las calles del oeste del Gran Buenos Aires, divisó a dos jóvenes arruinando sus vidas con alcohol en una transitada esquina. Inmeditamente, la noble hembra cruzó la calle y con su botella de ron bendito los roció para santificarlos, e intentó dialogar con los herejes.

- Llevan cruces, veo que estamos en sintonía. Exclamó la sucia fémina al verles cargar crucifijos.
- Seeh. Respondió uno de ellos. Segundos más tarde, la mujerzuela en Cristo le observó una cruz invertida a uno de los adolescentes, y acto seguido, comenzó a gritar como orangután depilándose el pubis con un rastrillo de color verde, y soltando más y más chorros de su ron bendito, para prender un fósforo a los pocos segundos y arrojárselos. Sin embargo, los herejes inmundos estaban protegidos por el poder oscuro, lo cual hizo que las llamas los rodearan sin más, por lo que la mujer, traicionera como su estirpe, huyó corriendo habiéndose bebido el ron a priori, y cuando llegó totalmente asustada y humedecida al templo, le partí mi palo sagrado de hierro en la cabeza, y fui como el macho que soy, a buscar a los herejes asquerosos.

Los encontré en el mismo lugar que la mujer me había comentado, y lo único que supe hacer fue, echarles agua y fideos mágicos glorificados por el Señor.

Los animales antropoides se convirtieron en las bestias que eran, y luego de haber caído rendido por el oscuro poder desperté entre sábanas de terciopelo con mis monaguillas. Evidentemente el Señor me había llevado hasta allí para luego de un beso en la pancita despertarme.

Bendiciones.

lunes, 12 de abril de 2010

Estigmatizados por el poder oscuro

Bendiciones a todos.

En esa ocasión quiero hablar sobre las marcas satánicas que surgen en los neonatos que fueron concebidos mediante el pecado, y sin dar más vueltas, comienzo a relatar esta cosa espeluznante de la cual este humilde servidor de Jesucristo ha sido testigo.

Corría por el año 1995 cuando en una noche sin luna y de indómita lluvia, se oyó un furioso golpe en la puerta de mi modesta casa (para ese entonces no vivía en un country cristiano como ahora). Yo me encontraba orando a solas en mi cuarto con dos jovencitas del templo, mientras mi mujer fregaba el inodoro limpiando el vómito de una de esas pobres herejes que había bebido demasiado vino sacramental.
Inmediatamente mandé a uno de mis hijos los machos, que en ese momento contaba con tres años, a abrir la puerta a menos que esperase recibir unos buenos latigazos. Entonces, lo que me encontré cuando estuve frente al portal, fue, indescriptible...
Una joven pareja. Él, dieciocho años; ella, diecisiete. Andaban de la mano y se los veía muy melosos, pero con el terrible agraviante de ¡¡no estar casados!! y de más está decir que una vez que sus paganos labios exclamaron al unísono eso, fui a buscar mi carabina para expulsarlos de mi hogar, por inmundas bestias satanistas. Empero, algo en los ojos y en las curvas de esa jovenzuela ablandó mi rígido corazón y me obligó a retractarme. Los invité a pasar al living, y mandé a mi mujer a prepararles una taza de café, pero, como no tenemos café envasado, sino una plantación en el patio trasero, la envié a cosechar los granos y molerlos todo a mano, como buena hembra que es. Bien, una vez mientras esperábamos el café, y luego de registrar con mis santas manos a la muchacha, por si acaso no llevaba algún crucifijo satánico escondido entre su ropa interior, me dispuse a preguntarles qué les traía a mí (aunque en el fondo sospechaba que querían perdón de un apostol del Señor como yo debido a su herejía de andar de novios sin compañía de sus padres), pero, ojalá hubiera sido eso... Porque lo que contaron fue como la maravillosa bomba atómica de Jesucristo destrozando la tierra de los satánicos budistas japoneses, hablando en nivel de intensidad, no de algarabía, porque fue todo lo contrario en ese sentido. La bomba explotó pero dentro de mi estómago al oír qué me contaban.

La precoz pareja había tenido un hijo. ¡Sí, un hijo!, un hijo nacido de fornicación, nacido fuera del matrimonio. Un engendro impuro, demoniaco, maldito, una satánica escoria. Inmediatamente corrí a por mi rebenque para darles una buena golpiza y exigirle arrepentirse de sus pecados, pero, en ese instante, el joven me dijo que tenían algo que mostrar, y salió hacia el patio de la casa, y entre las plantas del jardín de entrada, sacó un bulto, del que se escuchó un sollozo. Era su vástago, el horripilante bastardo nacido de tan anticristiana unión, y yo sentí que tenía que hacer lo justo: enviar a ese niño a un monasterio para que sea criado como monaguillo. Sin embargo no pude, porque, al correr las mantas, lo que vi me dejó helado. Y puedo decir sin pelos en la lengua que he exorcisado herejes miles de veces, pero, éso, era algo FUERA de este mundo, en todos los sentidos.

La monstruosa criatura era de tez muy clara siendo sus padres cobrizos. Sus ojos eran achinados con expresión mongólica, y sus dedos, tan cortos... Evidentemente tenía la satánica enfermedad del Síndrome de Down. Producto de impura herejía entre demoníacos seres de las tinieblas.

Aterrado no supe qué hacer, pero Jesús es grande y todopoderoso, y me guió con su protección espiritual. Así que con asco, pero sabiendo que el Señor estaba conmigo en espíritu, tomé a ese inmundo animal con mis dos manos, y lo arrojé con fuerza hacia el cesto de basura, para luego ser el manjar de unos hambrientos perros que patrullan famélicos por la ciudad dormida. Luego de eso los padres me agradecieron por haberlos librados del mal, y se ofrecieron quedar a mi completa disposición, para poder así salvarlos del pecado que habían cometido. Y por tanto, la jovencita se convirtió en mi monaguilla personal, y el muchacho, pasó a servir a un amigo y colega pastor, el pastor O. Mosecsual. Y con eso su labor en Cristo su mal fue pagado.

Hoy día cuando recuerdo ese hecho, no dejo de llenarme de gozo al saber que hice lo correcto. Envié a un inmundo demonio a las garras de su amo y señor, al infierno, donde debe estar.

¡Dios los bendiga!

viernes, 5 de febrero de 2010

¡Fumemos porros, hijos!

Queridos hijos míos, debo comentarles que en uno de mis retiros espirituales con mi grupo de oración ultraconservador cristiano, con el fin de quemar unos herejes metaleros, tuve la osadía de mezclarme entre esos bárbaros para aprender de sus costumbres y poder atacar cómo es debido (ya saben, siempre hay que conocer al enemigo).
Fue entonces que mientras oíamos a un espantoso grupo de heavy metal dar sus bramidos de mono en celo, uno de los herejes melenudos me convidó con un pequeño cigarrillo casero, de extraño e intenso aroma, y así que para no ser descortés, lo tomé con una hipócrita sonrisa de cristiano, y lo fumé… desde ese momento vi cuánto tiempo de mi vida he estado desperdiciando, ya que mientras yo creía que las drogas eran perjudiciales porque dañaban el templo del Espíritu Santo, y además por eso siempre consentí la privación de tatuajes, o aretes (cosa que sigo haciendo porque son cosas mundanas), me he dado cuenta de que la marihuana no es nada malicioso; al contrario, es un regalo divino, al ser una simple planta creada por nuestro Señor en el Jardín del Edén, para entretener a Adán y Eva y librarlos de la idea impura de la fornicación.
Todo eso llegó a mí en una visión divina mientras consumía el producto sagrado de lo que Dios nos otorga, en el cual el mismo Jesucristo apareció ante mí, con un porro entre sus manos, y sonriéndome mientras me decía "Robin está reee loooco", procedió a contarme la verdad divina del Señor.
Así que a partir de ahora, conocerán a un nuevo Pastor Piadoso. Desde este momento encomiendo a cada cristiano que se precie de tal, que consuma la Santa Marihuana.

¡Dios los bendiga!

jueves, 28 de enero de 2010